Ánodos metálicos. Los ánodos de sacrificio son dispositivos diseñados para proteger a los metales de la corrosión. Actúan como donadores de electrones en la reacción de óxido-reducción (Redox) del proceso de corrosión. Degradándose estos y protegiendo la estructura metálica a la cual se fijen.
Por lo general para la elaboración de ánodos de sacrificio, deben utilizarse metales con un bajo costo. Deben poseer bajos potenciales de reducción y buenas características de conductividad eléctrica. Los metales más comúnmente usados para este fin son: el zinc, magnesio, aluminio y sus aleaciones.
Ánodos metálicos. Una gran desventaja de los electrodos de sacrificio es que se necesitan grandes cantidades de ánodos para proteger ciertas superficies. Además tienen una vida útil un tanto limitada.
Nueva tecnología en ánodos de sacrificio
La empresa Coventya ha desarrollado la tecnología 3S. La cual está diseñada para reemplazar los ánodos metálicos convencionales. Tales como el níquel o el acero, con un ánodo de membrana de tamaño selectivo.
Los agentes complejos y otros constituyentes orgánicos del electrolito no pueden migrar a través de la membrana, evitando así la oxidación. Al mismo tiempo, los carbonatos y sulfatos se eliminan continuamente con el anolito de soda cáustica. El producto es especialmente adecuado para aplicaciones de bastidor y barril.
Ánodos metálicos. Hace más de 20 años se desarrolló la primera generación de ánodos de membrana para el revestimiento de zinc-níquel. Dicha tecnología mostró el potencial del concepto de separación del ánodo. Como todo proyecto, al inicio tuvo algunos inconvenientes en la operación continua y en la transferencia no deseada de agua o hidróxido.
Los nuevos ánodos de membrana porosa evitan esta transferencia no deseada. Además eliminan el carbonato y el sulfato del electrolito de recubrimiento que ocurre naturalmente en la operación y la reposición. Como consecuencia la vida útil del baño de recubrimiento se prolonga, hasta se puede decir que es prácticamente infinita.
Ánodos metálicos. La eficiencia de corriente constante reduce significativamente la demanda de energía para el revestimiento y enfriamiento. Se logra tener un ahorro de hasta 50% de energía . A ello se suma la reducción de desechos, ya que no se requiere sangrado y alimentación ni congelamiento, para mantener la productividad.
