Las influencias de la protección del clima en el acabado de superficies de zinc-níquel no son evidentes, pero son significativas. En la fabricación de automóviles la característica más buscada es su economía en el consumo de combustible. Los parámetros más influyentes en esta característica son la eficiencia del motor, el peso total y el aire arrastrado. La resistencia aerodinámica está influenciada por el tamaño y la forma del vehículo sin influir en el acabado de superficies. Teniendo en cuenta el peso del vehículo, la elección de materiales ligeros tiene impacto en la economía de consumo y emisiones de CO2. El cambio de materiales, preferentemente por otros más ligeros de una composición diferente. También influye en el acabado de superficies que requieren recubrimientos adecuados para garantizar las propiedades del material de alta calidad.
La reducción del tamaño de los motores de combustión se lleva a cabo comúnmente para lograr una mayor eficiencia. La mejora en la eficiencia se logra mediante la reducción del volumen de desplazamiento. Esto se da manteniendo el mismo rendimiento en términos de par y de potencia de salida. Tal reducción de tamaño hace que los motores más eficientes funcionen a temperatura media significativamente más alta en el motor. También provoca que el colector de escape y los tubos de salida de un motor sean más grandes todo y siendo de la misma potencia. En consecuencia, temperaturas elevadas en el compartimento debajo del capó son de esperar con espacios reducidos y motores más eficientes.
Dentro de los materiales utilizados para reducir el peso del automóvil están los componentes de aluminio y aceros de alta. Otras alternativas incluyen materiales reforzados con fibra de carbono. Aunque debido a su elevado costo son menos frecuentes en la mayoría de los coches producidos en la actualidad. El ahorro de peso usando aleaciones de aluminio se debe a la menor densidad que estos poseen. Con los aceros de alta resistencia se obtiene la misma resistencia mecánica, pero con menos material. En tornillería, la mayor resistencia permite que pueda ser más pequeña y por tanto más ligera. Tales elementos de fijación más pequeños, además, permiten la construcción de componentes más pequeños contribuyendo a un menor peso.
